No sé si fútbol, no sé si holandeses...

Hola pequeña copro-flor,

Nos hemos hecho de rogar un rato, aunque juramos (hoy me apetece escribir en plural mayestático, que ya sabemos todos y todas que yo soy muchos y muchas) que no ha sido por falta de interés sino por falta de tiempo... Y heme aquí que me hallo muy agustico en mi nueva alcoba, con balconada a jardines bucoliquiquísimos y por fin, POR FIN, estoy consiguiendo aburrirme un poco: bueno, aburrirme no, pero sí pensar quéghago quéhago...

Así que en el avión de venida acá pacá me he encontrado a Javi, y después me he puesto a ver el fútbol engullendo un kebap, y después me has llamado tú... y yo que quería hablar de los holandeses, ahora sólo tengo la cabeza llena de fúrgol. Joñín. Pero como estoy harta del furgol, voy a hablar del tiempo, ese precioso tema que nunca se acaba y socorridísimo... no sólo socorrido, sino adictivo... que se lo pregunten a David Lynch, que todos los días se levanta, se pone su café y cuenta el tiempo que va a hacer en el lugar en el que se encuentre a todos los espectadores de su web. A través del weather channel. Qué tío.

Bueno al lío.

20º. Esto en España es fresquete. Primavera. 

Aquí, minifaldas y sandalias. Ya se sabe, que pa una vez que hace sol...

Bueno, como no soy David Lynch (no sé si afortunada o desafortunadamente) me he cansado de hablar del tiempo. Sólo un apunte más: me encanta esperar al autobús y que huela a mar. Y me encanta ir en bici y oler a ñorda de vaca. Es de lo más pastoril y me encanta.

Pues eso, he terminado en un kebap. Yo, una lesbiana y dos wannabes de italianos. Me explico. Los holandeses querrían ser mierdi di mafiosi. O amore mío, más bien. ¿Por qué? No lo sé, yo tampoco me lo explico. Según me he bajado del avión ya he tenido que ir dando saltos con la maleta, a ver si me iba a hacer alguna raja al rozarme con los zapatos de punta de cualquier holandés que se precie. La última moda:

- Camisa: cuello triple, cuadruple abotonadura. Cuellos abiertos y pa'arriba, en plan niñato / italiano en su mejor momento, cuando está onfire. El interior de ambos, y pa darle el toque modern (no vaya a ser) de flores, lo más chillonas y floripondiosas que encuentren (siguiendo tendencias históricas y remedando bodegones flamencos). precioso. Y la camisa, de rayas. Y los botones, como misiles en la Guerra Fría, siempre preparaos para dispararse. Un día en cualquier reunión acabo tuerta.


- Pantalones: paqueteros. Vaqueros. Toreriles.

Oooooleeeeee (vía aquí)

- Cinturón: como llevan pantalones que no marcan lo suficiente, un cinturonaco de "traca pa ti" (es el nuevo concepto: imagina un pantalón paquetero, en plan tómalotuyoehmíono) de cuerazo, con hebilla discretita también, marcando más.




- Pelo: O M G. El príncipe Erick, o cualquier prince de la Disney... pues así. Pasado por el filtro que la reina madre de cualquiera de estos principes sea la Nati Abascal y te quede algo entre Aladdín y Rafa Medina. Engominao, largo, pegajoso. Nido de mariliendres.

Qué quieres, con estos pelos... (vía Reinas de la Elegancia)

- Zapatos: a estos no les hace falta ni siquiera tener una navaja de esas que salía en los de los malos de James Bond, con la punta es suficiente. Rite tú de los poligoneros modernazos, chulazos de gimnasio y los anabolizaos buscando revolcones.

Reales como la vida misma... aunque estos son de los discretos.

Pues eso, que basta ya de fútbol y de wannabes de italiani. Y que luego encima se visten de naranja, con todos estos complementos... ya es pa pegarse fuego.